La Liga Española de Debate Universitario (Ledu) celebra su 25º aniversario en 2025 con un intenso calendario de acciones conmemorativas que comienza con la propuesta formal de la inclusión de la palabra «debatiente» en el Diccionario de la lengua española (DLE) que, para sorpresa de muchos hispanohablantes, no recoge aún este término. Ledu lidera así una demanda extendida entre quienes, huérfanos de sustantivo, ejercen esta actividad, en España y América.
La solicitud de Ledu responde a una necesidad lingüística y social en un contexto en el que el debate, como práctica discursiva, tiene una relevancia creciente en el ámbito político, educativo, académico o mediático como consolidación de una sociedad democrática y plural. Por este motivo, Ledu recabará el apoyo de colectivos estrechamente vinculados (como clubes de debate), universidades, instituciones, compañías o el ámbito literario y periodístico junto a la popularización del hashtag #yosoydebatiente en redes.
Sólo la práctica del debate académico en colegios y universidades de España e Hispanoamérica reúne a una numerosa comunidad de debatientes y estudiantes de retórica que emplean este término de manera habitual, al igual que su empleo es común en conversaciones cotidianas en el conjunto de la sociedad, libros y medios de comunicación.
La inclusión del término en el diccionario, tal y como aboga Ledu, dignifica una actividad constituida como herramienta fundamental para la democracia y la educación promoviendo una sociedad justa, participativa y crítica. El debate pone en valor la asunción de principios como la libertad de expresión; el respeto por la diversidad de pensamientos, creencias y perspectivas; la garantía de que las discusiones sean constructivas sin ataques personales; el razonamiento crítico que impulsa el análisis lógico y fundamentado de los argumentos más allá de la demagogia populista; la transparencia de procesos y decisiones abiertos y accesibles a toda la ciudadanía; o la garantía de que todos tengan acceso a participar en igualdad de condiciones.
Empatía, respeto, tolerancia, responsabilidad, compromiso, honestidad o la justicia que conlleva la búsqueda de soluciones que beneficien al colectivo y respeten los derechos de todos no solo fortalecen la práctica del debate, sino que también consolidan una educación que prepara a los ciudadanos para interactuar de manera ética y efectiva en una democracia pluralista. Parafraseando al filósofo y científico Karl Popper, enfrentamos nuestros argumentos para que no peleen las personas.
La propuesta abanderada por Ledu recoge argumentos lingüísticos junto a ejemplos históricos y actuales de la inclusión de «debatiente» en diversos diccionarios, incluidos documentos de la propia RAE, como el Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936) o la sugerencia de su uso por la RAE en su perfil de la red social X (@RAEinforma), además de, entre otros, el Diccionario del español actual, de la Fundación BBVA.
Desde una perspectiva lingüística, «debatiente» es un término que se ajusta a las normas morfológicas, semánticas y de uso del idioma español. Su inclusión en el Diccionario de la RAE no solo sería un reflejo del dinamismo y flexibilidad del español, sino también una respuesta a una necesidad comunicativa cada vez más evidente en el contexto de los debates modernos. Incorporar esta palabra enriquecería el vocabulario del español y reflejaría con mayor precisión las actividades discursivas que definen a la sociedad actual.
