El Campeonato de España de Debate Preuniversitario ‘Copa Ledu’ se centra en un Objetivo de Desarrollo Sostenible y el ámbito relacionado en cada edición. Este año la pregunta aborda el ODS 12, que pretende garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, algo fundamental para sostener los medios de subsistencia de las generaciones actuales y futuras. Así, nos preguntamos, ¿se puede cambiar el modelo actual de producción y consumo para conseguir una gestión eficiente de los recursos naturales?
Nuestro planeta se está quedando sin recursos, pero el índice de población sigue creciendo. En caso de que la población mundial alcance los 9800 millones de personas en 2050, se podría necesitar el equivalente a casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida actuales.
El progreso económico y social conseguido durante el último siglo, como advierte la ONU, ha estado acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro los mismos sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro y, ciertamente, nuestra supervivencia. Los ODS recalcan que es necesario potenciar el aprovechamiento eficaz de los recursos, tener en cuenta todo el ciclo de vida de las actividades económicas y participar activamente en los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente.
Son muchos los hábitos de consumo que, si se modifican ligeramente, pueden tener un gran impacto en la sociedad. Los gobiernos deben implantar y poner en práctica políticas y normativas que recojan medidas como el establecimiento de objetivos para reducir la generación de residuos, el fomento de prácticas de economía circular, y el apoyo a políticas de contratación sostenible.
La adopción de una economía circular implica diseñar productos duraderos, reparables y reciclables. También implica promover prácticas como la reutilización, el reacondicionamiento y el reciclaje de productos para minimizar los residuos y el agotamiento de los recursos.
Además, se puede adoptar un estilo de vida más sostenible: consumir menos, elegir productos con menor impacto ambiental y reducir la huella de carbono de nuestras actividades cotidianas.
A las empresas les conviene encontrar nuevas soluciones que permitan modelos de consumo y producción sostenibles. Es necesario conocer más a fondo las repercusiones medioambientales y sociales que tienen ciertos productos y servicios, tanto en lo que respecta a su ciclo de vida como al modo en que se ven alterados por su uso en los diferentes estilos de vida.
Las soluciones innovadoras y de diseño facilitan e inspiran a las personas a adoptar estilos de vida más sostenibles, lo que reduce su impacto y mejora su bienestar.
Hay dos maneras principales de ayudar: Reducir los residuos generados y pensar bien lo que se compra y elegir una opción sostenible siempre que sea posible.
Lo dicho anteriormente es lo deseable, pero ¿es factible?
Los más optimistas apuntan que es posible gracias a la innovación tecnológica, la economía circular, la concienciación del consumidor para que demande productos y servicios sostenibles, ahorros significativos a largo plazo, el impulso de la regulación y las políticas públicas, etcétera.
Por contra, otras opiniones consideran que, si bien es un objetivo loable, hay algunos argumentos en contra de peso como los intereses económicos y políticos arraigados, la resistencia al cambio cultural y social, los costos económicos y financieros -especialmente a corto plazo-, el impacto en el empleo, la falta de conciencia y educación o las desigualdades globales.
Como vemos, el debate está servido. Nos vemos en los atriles.