Martínez-Echevarría & Rivera Abogados, cuyo presidente ejecutivo es Albert Rivera, continúa como patrocinador oficial de la Liga Española de Debate Universitario como apuesta del despacho por el talento joven de los oradores de la LEDU.
Desde su fundación en 1983, el bufete se ha volcado en la calidad y la excelencia profesional como los pilares sobre los que se ha forjado una firma reconocida en todas las localizaciones en las que cuenta con sedes -nacionales e internacionales- por su marcado compromiso con los objetivos del cliente. Este compromiso le ha permitido convertirse en uno de los despachos españoles más dinámicos, con sedes propias en Europa, África y América.
Bajo esta marca, desarrollan su trabajo más de 120 profesionales, lo que le permite ofrecer un servicio de asesoramiento jurídico multidisciplinar, con un alto nivel de especialización. Todos los profesionales de Martínez – Echevarría, en todas sus sedes, trabajan bajo una dirección única e integrada, con los mismos estándares de calidad. Tanto empresas como particulares, encuentran en Martínez-Echevarría Abogados la respuesta necesaria en todas las áreas del Derecho. Cada departamento está dirigido por un máximo especialista en la materia –abogado del Estado o Magistrado en excedencia o Catedrático Universitario- lo que permite ofrecer un asesoramiento de la máxima calidad, con la respuesta o acción precisa para ofrecer la ventaja competitiva que asegura el éxito. La firma cuenta con unas ventajas competitivas que al mismo tiempo suponen sus señas de identidad: Asesoramiento multidisciplinar, red internacional, orientación al éxito de los clientes y compromiso ético y deontológico.
Albert Rivera ganó la segunda edición de la Liga, con el equipo de la Universitat Ramon Llull en 2001, y recuerda que «fue una de las experiencias más bonitas de mi vida tanto por divertirme, porque me divertí mucho y me lo pasé muy bien y tengo grandes recuerdos, como la aportación en lo profesional, en cuanto a mis capacidades. Así que la Liga de Debate fue sin duda una de las mejores experiencias de mi vida. En lo personal, disfruté mucho, conocí a gente interesantísima, viajé por España, conocí a otros universitarios, profesores…; en definitiva, un networking también con gente con la que todavía hoy mantengo el contacto, incluso me he encontrado profesionalmente en la vida pública y privada. Y en lo profesional, capacidades, sin duda, por todo todo lo que se aprende al preparar un debate, un dosier de trabajo, un documento, al enfrentarte en una competición de esta naturaleza. Lo he aprovechado muchísimo, especialmente en la vida pública y, ahora también, en la abogacía».
